Fernando Albiero Bertapelle más conocido como Jardín Florido (Italia[1] o Provincia de Santa Fe,1875 (aprox.) - Córdoba (Argentina) 9 o 10 de julio de 1963), fue un popular personaje que se hizo curiosamente célebre por sus elogios a mujeres que trasitaban la vía pública en la ciudad de Córdoba durante la primera mitad del siglo XX.
De la vida de este hombre se comienzan a tener noticias cuando arriba a la ciudad de Córdoba y comienza a trabajar de mozo (mesero) en las confiterías (especie de cafés o restoranes de alta categoría) más elegantes del centro de la ciudad.
La existencia de "Jardín Florido" hubiera sido una de las millares de anécdotas -y acaso de las más intrascendentes- si no hubiera obtenido la categoría de valor simbólico, en este caso el valor simbólico de ser un factor referente para la construcción de identidad de la cultura cordobesa durante el s XX; más aún, pese a su carácter paródico y acaso satírico, "Jardín Florido" significaba, y significa, la emergencia de actores sociales en Argentina: Un hijo de inmigrantes que podía acceder a los estratos medios e incluso imitar -humorísticamente- a los grupos adinerados, en efecto, tras lo grotesco existía un elemento de elegante burla en las singulares actitudes de Fernando Albiero Bertapelle.
No se que dice suspirando el agua,
del rio que cruzaba en su piragua,
el indio aquel que se llamo Suquia.
No se que dicen sus perennes voces,
pero adivino que me reconoces,
y me hace mucho bien! Córdoba mía!
del rio que cruzaba en su piragua,
el indio aquel que se llamo Suquia.
No se que dicen sus perennes voces,
pero adivino que me reconoces,
y me hace mucho bien! Córdoba mía!